En Linked Foundation nos da mucho gusto apoyar la publicación del libro nuevo de Jonathan C. Lewis, The Unfinished Social Entrepreneur (“El emprendedor social inconcluso”) lo que el mismo autor describe como “un libro para aumentar el poder que reside en tu trayectoria”. El fundador de MCE Social Capital y ganador del premio Social Venture Innovation, Lewis es un líder en lo que respecta efectuar soluciones sociales. MCE surgió de la visión de Lewis de reducir la pobreza al movilizar el capital inversionista privado para la financiación de microempresas alrededor del mundo. Como garante de MCE, Linked Foundation actualmente apoya cientos de miles de préstamos para mujeres y familias que se encuentran en situación de pobreza extrema por todo el mundo. Con una honestidad implacable, este libro recién publicado entretiene, ilumina y motiva a la vez. Sale a la venta en junio de 2017, publicado por Red Press. A continuación, un fragmento del ensayo titulado “Emprendimiento cívico y compromiso político”:
“Elecciones políticas conllevan consecuencias para las causas y comunidades que nos importan a ti y a mí. Considera un tema literalmente de vida y muerte: matar a mamás y bebés. En este mismo momento en alguna parte subdesarrollada del mundo, una mujer a que ni tú ni yo conocemos está dando a luz”.
Presumamos que vive en una aldea rural de la sierra. Durante los últimos nueve meses, probablemente no haya tenido acceso a información acerca de planeación familiar ni mucho menos acceso a los anticonceptivos. Mientras sus contracciones se intensifican, carece por completo de atención médica. No hay médicos, ninguna clínica general. Para cuando hayas terminado de leer este capítulo, esa mujer se habrá muerto.
Con cada minuto que pasa, al menos una mujer se muere de complicaciones que surgen de embarazos y partos; unas 529,000 mujeres al año. Además, para cada mujer que se muere en parto, unas veinte sufren de lesiones, infecciones u otras enfermedades, el equivalente de aproximadamente 10 millones de mujeres al año, según la OMS. 220 millones de mujeres en el países en vías de desarrollo no tienen acceso a planificación familiar básica ni atención médica anticonceptiva.
La inexistencia de atención médica reproductiva les roba a las mujeres su oportunidad de tomar —según declaró mordazmente el Fondo Poblacional de la ONU— “decisiones cruciales respecto a sus propios cuerpos y futuros.” Los servicios reproductivos —información de sexo seguro, asesoría para la planeación familiar, anticonceptivos, atención médica para partos y un acceso al aborto seguro— salvan vidas.
Y si desconocías alguno de estos datos, pues, que me perdones; creía que fueras tú un ciudadano global informado.
Pegado inflexiblemente a las doctrinas y prácticas del partido republicano, apenas cuatro días después del comienzo de la presidencia Trump, el terreno baldío que es ese presidente y sus republicanos volvieron a imponer la llamada “ley mordaza” que les prohíbe aun la mera mención del aborto a las organizaciones sin fines de lucro que reciben ayuda monetaria de los EE.UU. Como resultado, pronostica Marie Stopes International que en los próximos cuatro años habrá 6.5 millones de embarazos no deseados, 2.1 millones de abortos peligrosos y 21,700 muertes entre mujeres embarazadas. Más horrible aún cuando los bebés se mueren en el parto.
Si la justicia respecto a la salud de las mamás y sus bebés te importa, pues, no hace falta que seas un ginecólogo ni un trabajador de salud pública para hacer algo. No es necesario fundar ninguna empresa social innovadora que brinde atención médica; ni tienes que donar a una clínica de salud para mujeres. Ni siquiera tienes que abrirle la puerta a una mujer embarazada.
Pero eso, sí, necesitas votar. Por candidatos que apoyan la salud y los derechos reproductivos de la mujer. Ya que mi obsesión son las oportunidades económicas para las mujeres del mundo en vías de desarrollo, voto en contra de cualquier partido político que —o por convicciones de principio o por complacer vergonzosamente a votantes de religión fundamentalista— se oponga a servicios de planificación familiar en programas de ayuda externa estadounidenses. Recuerda que una mujer que está por morirse en parto y las demás mujeres de su aislado pueblo no pueden votar en las próximas elecciones estadounidenses.
Pero tú y yo, sí.