A principios de este mes, la Directora Ejecutiva de Linked Foundation, Nancy Swanson y yo pudimos asistir al quinto foro anual de Innovations in Healthcare en Washington, DC. Innovadores e inversionistas del ámbito de la atención médica de todo el orbe se reunieron para “conectarse, colaborar y aprender” mientras se dedican a construir soluciones sustentables para retos sanitarios. Soluciones de salud por parte del sector privado van creciendo rápidamente, aun en Latinoamérica, donde sistemas de salud gubernamentales ejercen un papel enorme en la provisión de atención médica. Dado ese papel tan grande del gobierno, en muchas ocasiones la región ha sido considerada territorio inviable para las empresas sociales de salud. No obstante, mientras estructuras gubernamentales existentes no han alcanzado mostrar una capacidad de brindar servicios de alta calidad y oportunos a la gente que de ellos depende, soluciones complementarias del sector privado cada vez más se han presentado para llenar el hueco.
Muchas de estas emergentes empresas de salud se enfocan en nuevos modelos
de entrega de servicios para mejorar la calidad de la atención y expandir
acceso. Por ejemplo, Dr. Consulta y Clinicas Sim en Brasil son clínicas
asequibles y de alta calidad que les permiten a residentes de ingresos bajos y
medianos evitar largas esperas y la calidad incierta que han experimentado en
clínicas del sector público. Nuevas tecnologías de salud o usos nuevos para
tecnología existente ya son otro enfoque de empresas emergentes en
Latinoamérica que van de herramientas diagnósticas y la telemedicina al uso de
acercamientos tecnológicos tales como recolección de datos (data mining) y financiación compartida (crowdsourcing) para expandir eficiencia
y la calidad general dentro del sector.
Un conjunto de empresas enfocadas en la gestión de enfermedades crónicas
ha combinado esta estrategia nueva para la entrega de servicios con un uso
innovador de tecnologías de salud. En la medida que el desarrollo aumente el
ingreso, se mejoren las condiciones de vida y las enfermedades infecciosas (las
llamadas “enfermedades de la pobreza”) se reduzcan, se preocupa más por
enfermedades crónicas y no comunicables (NCDs por sus siglas en inglés).
La diabetes ya llegó a ser una fuente principal de mortandad en
Latinoamérica; México ya cuenta con uno de los índices más altos del mundo de
diabetes tipo 2, que actualmente aflige casi el 15% de la población [SOURCE].
Suben al reto de las NCDs, como la diabetes, las empresas de salud social, con
modelos que aprovechan un acercamiento centrado en pacientes que a su vez facilita
atender a pacientes de manera más eficiente, con una calidad más alta y al
costo más bajo posible. Las Clínicas del Azúcar en Monterrey (México) ofrecen
un servicio de atención diabética de una sola cita, a precio bajo, en
instalaciones estratégicamente ubicadas al lado de grandes tiendas big-box, en las que se cuenta con una
gama completa de servicios para gente diabética —todo desde nutrición y
educación hasta exámenes, medicamentos y asesoría. Tales servicios se ofrecen a
base de suscripciones y una ayuda financiera está disponible para quienes no
puedan costearlos; los pacientes pueden hacer pequeños pagos frecuentes (algo
más fácil que ahorrar un solo pago anual) en tiendas de autoservicio por todo
el país.

Imágenes de las clínicas exprés Clínicas del Azúcar, sacadas del sitio
web de la empresa.
Otro acercamiento es la telemedicina, para prevención en el hogar, educación y
atención a quienes viven con enfermedades crónicas. Accuhealth Chile representa
un modelo “negocio a negocio” (en inglés business-to-business;
B2B por sus siglas) que permite al médico monitorear al paciente desde afuera
del hospital o la clínica, en la comodidad del hogar privado, por medio de un
dispositivo que les permite a pacientes mandar tanto como recibir información
sanitaria personalizada así como planes diarios y completos para revisiones
diagnósticas y otros tratamientos. Lo cual ayuda a prevenir y predecir
episodios adversos entre pacientes, que a su vez lleva a mejores resultados de
salud además de un gasto reducido.
La cuestión
más grande respecto a estos modelos será hasta qué punto puedan cumplir con su
misión social de alcanzar a pacientes de bajos ingresos y rurales (o sea, no
sólo mejorar el acceso a atención médica sino expandirla) y a la misma vez
lograr una estabilidad financiera. Parece que todo depende de pensamiento poco
convencional, que llega a “salirse de la cajita” tradicional de B2C [SIC], y la
utilización de mecanismos innovadores tales como el subsidio cruzado y
flexibles opciones para la financiación. Más que dos acercamientos
estrictamente paralelos, preferiría ver más alianzas entre nuevos modelos del
sector privado y sistemas de salud gubernamentales, particularmente en América
Latina, donde el estado ejerce un papel grande en la provisión de atención
médica. Combinar infraestructura y financiación gubernamentales con la
innovación social que inversionistas de impacto y filántropos financian podría
resultar la única manera de alcanzar con eficacia a poblaciones de ingresos más
bajos y a la vez alcanzar una verdadera sustentabilidad.
Tanto Linked
Foundation como otros inversionistas de impacto y fundaciones con los que
colaboro ya han empezado a invertir en empresas sociales latinoamericanas; en
un post nuevo voy a explorar las
oportunidades y los retos cuando se trata de la financiación de un bien público
tal como la atención médica a través de la inversión privada. Mientras tanto,
¿te han emocionado reciente algunas soluciones de salud que expandan acceso a
la gente que lo necesita? Me encantaría saber más.—Anna De La
Cruz Anna
De La Cruz es Asesora Ejecutiva de Linked Foundation; este texto originalmente se
publicó en su sitio web de asesoría el 18 de abril de 2016.
Anna De La Cruz is a Senior Advisor to the Linked Foundation and this post orginally appeared on Anna’s consulting website on April 18, 2016.